El Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrenta una deuda de 189.5 millones de pesos, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE) al 31 de diciembre de 2023. La deuda, resultado de préstamos bancarios solicitados desde 2019, representa el 15.77% de su financiamiento público para 2024, que asciende a 1,201 millones de pesos. La elección del 2 de junio ha complicado aún más la situación financiera del partido, que desde 2018 ha hipotecado su edificio en la Ciudad de México para obtener fondos.

La deuda del PRI ha variado con los años: en 2019 era de 286 millones de pesos, disminuyendo a 147 millones en 2020, a 137 millones en 2021, aumentando a 152 millones en 2022 y alcanzando 189.5 millones en 2023. El partido ha perdido el control de varios estados, afectando su capacidad operativa y financiera.

Gustavo López, profesor de Ciencia Política en el ITESM, explicó que los partidos piden préstamos para cubrir gastos de campaña y los pagan con financiamiento público. En 2025, el PRI enfrentará un recorte de 300 millones de pesos en su financiamiento debido a los resultados electorales, lo que podría comprometer su capacidad de pago. La pérdida de gobiernos locales también ha reducido el flujo de recursos no legales, agravando su situación financiera.