El sistema sanitario en la Franja de Gaza está al borde del colapso total, según advierten expertos de Médicos Sin Fronteras. Tras más de 200 días de conflicto con Israel y más de 34,400 muertes, la situación es crítica. La escasez de agua potable, el hacinamiento y la falta de medicamentos están provocando un aumento en las muertes por enfermedades fácilmente tratables.
Mari Carmen Viñoles, responsable de la Unidad de Emergencia de Médicos Sin Fronteras, señala la tragedia que se vive en Gaza: niños muriendo de neumonía en hospitales desbordados y el cierre de unidades de diálisis renal en hospitales atacados. Estas son las "muertes silenciosas" de Gaza, de las que poco se informa.
Según el informe de MSF, la situación en Rafah, donde se refugian más de un millón de palestinos desplazados, es crítica. La escasez de agua potable y el acumulo de basura y aguas residuales sin tratar están poniendo en riesgo la vida de miles de personas. Además, se han registrado un número alarmante de casos sospechosos de hepatitis A y de desnutrición aguda en niños menores de cinco años.
La mayoría de los hospitales en Gaza funcionan de forma parcial, y el 83% de los pozos acuíferos ya no están operativos. Los principales centros médicos, como el Hospital de Al Shifa y el de Naser, se encuentran paralizados después de los ataques y el asedio israelí.
Save the Children y la Organización Mundial de la Salud han registrado al menos 435 ataques contra instalaciones o personal sanitario en Gaza en seis meses, la mayor tasa en conflictos recientes.
Sylvain Groulx, coordinador de Emergencias de MSF, hace un llamado urgente a un alto al fuego y a la entrada de ayuda humanitaria significativa para evitar más pérdidas de vidas en Gaza. Sin estas medidas, la situación seguirá empeorando.