El informe preliminar del Ejército israelí sobre el ataque al convoy humanitario del chef José Andrés World Central Kitchen (WCK) revela que se debió a una "identificación errónea". El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí afirmó que el ataque no tuvo la intención de dañar a los trabajadores humanitarios de WCK, pero fue un error en condiciones de guerra nocturna.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reconoció la responsabilidad de Israel en el ataque y expresó su pesar. Por su parte, el presidente israelí Isaac Herzog se disculpó personalmente con el director de WCK, José Andrés, por lo sucedido.

El chef José Andrés lamentó la pérdida de los siete trabajadores humanitarios, destacando que eran personas excepcionales que arriesgaron todo por compartir comida con los demás. En su tribuna en el diario 'The New York Times', Andrés instó a Israel a abrir más rutas terrestres para repartir alimentos y medicinas, detener los ataques a civiles y trabajadores humanitarios, y buscar la paz.

El ataque ha suscitado una condena internacional, con el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados señalando que Israel no ha protegido adecuadamente a los civiles. Además, UNICEF y la ONU han advertido sobre la crisis humanitaria en Gaza, donde la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria catastrófica.

Los cuerpos de los seis trabajadores humanitarios extranjeros asesinados han sido evacuados de Gaza a Egipto y serán repatriados a sus países de origen. El Gobierno de Hamás ha condenado el ataque, calificándolo como un crimen atroz perpetrado por la ocupación israelí.