Las autoridades de defensa civil en Islandia han declarado el estado de emergencia en Grindavik, un pueblo pesquero en el suroeste del país, debido a la creciente preocupación por una posible erupción volcánica. La decisión de evacuar la ciudad se tomó después de que la actividad sísmica en la región se desplazara hacia el sur, y el monitoreo indicara la presencia de un corredor de magma debajo de la comunidad.


Grindavik, con 3,400 habitantes, se encuentra a unos 50 kilómetros al suroeste de Reikiavik, la capital de Islandia. La Oficina Meteorológica del país señaló que, en este momento, no se puede determinar si el magma llegará a la superficie y en qué lugar. Además, las autoridades elevaron la alerta de aviación a naranja, indicando un mayor riesgo de erupción volcánica.

Las erupciones volcánicas en Islandia pueden ser peligrosas para la aviación, ya que pueden arrojar cenizas a la atmósfera, lo que podría dañar los motores a reacción y sistemas de control de vuelo, además de reducir la visibilidad. Un ejemplo de esto fue la erupción del volcán Eyjafjallajökull en 2010, que causó una interrupción masiva de los viajes aéreos en Europa y América del Norte.

La preocupación por una posible erupción se ha incrementado debido a la actividad sísmica constante en la región, que ha experimentado cientos de pequeños terremotos en las últimas dos semanas. Los científicos están monitoreando una acumulación de magma a unos 5 kilómetros bajo tierra.

La situación está siendo monitoreada de cerca por las autoridades y científicos para garantizar la seguridad de los residentes y prevenir posibles consecuencias negativas.