Pocas semanas después de la muerte de Hugo Chávez en 2013, Venezuela vivió una incierta elección presidencial en la que Nicolás Maduro, sucesor del fallecido mandatario, se impuso al opositor Henrique Capriles por unos pocos miles de votos. Este domingo, 11 años después, de nuevo la oposición acude unida a unas presidenciales en las que, pese a los obstáculos, podría derrotar al chavismo, algo a lo que renunció en las elecciones de 2018 por considerar que no había condiciones justas para una elección competitiva.

Los comicios, en los que el actual mandatario Nicolás Maduro competirá con Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria que agrupa a los partidos opositores de mayor peso, son los primeros en el último cuarto de siglo en los que la oposición goza de una evidente ventaja en las encuestas. “Esta es la elección más compleja que ha enfrentado el chavismo y la mejor que ha enfrentado la oposición en términos de su capacidad de obtener un resultado favorable”, afirma Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis.

A pesar de la ventaja en las encuestas, los analistas advierten que los resultados no están garantizados debido a los múltiples obstáculos que enfrentan los opositores. Edmundo González Urrutia asumió la candidatura de la oposición debido a que las autoridades venezolanas no permitieron la postulación de María Corina Machado, quien ganó las primarias de la oposición, pero fue inhabilitada políticamente por una sanción administrativa.

La oposición ha denunciado que ha sido sometida a un acoso sistemático por parte de las instituciones del Estado, incluyendo detenciones de personas vinculadas a la campaña opositora y sanciones a establecimientos que colaboran con ellos. Además, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha impuesto restricciones que impiden que la mayoría de los venezolanos en el extranjero puedan votar.

Las elecciones han sido catalogadas como “semicompetitivas” por expertos como Luis Vicente León, quien señala que el gobierno tiene ventajas en términos de control institucional, recursos, comunicación y movilización. “Es una elección donde el gobierno tiene ventajas en términos de control institucional, de recursos, de comunicación, de movilización”, comenta.

A pesar de estos desafíos, la oposición ha decidido participar con la esperanza de capitalizar el alto nivel de deseo de cambio entre la población. Los venezolanos votarán el 28 de julio en una elección que podría definir el futuro político del país.