El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, falleció este domingo 19 de mayo en un accidente de helicóptero ocurrido en una zona montañosa del noroeste del país. La tragedia también cobró la vida del ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y de otros funcionarios de alto rango que viajaban a bordo.
Los equipos de rescate encontraron los restos del helicóptero durante las primeras horas del lunes, tiempo local, cerca de la aldea de Tavil. Según la agencia de noticias semioficial Mehr, el helicóptero se estrelló el domingo mientras Raisi regresaba de un evento en la frontera con Azerbaiyán. La densa niebla en la región dificultó las labores de rescate.
La muerte de Raisi ocurre en un momento de gran tensión en Medio Oriente. En abril, Irán lanzó un ataque con misiles y drones contra Israel, mientras este país continúa su guerra para expulsar a las fuerzas de Hamás de la Franja de Gaza. Raisi, que asumió la presidencia en 2021, enfrentó una crisis económica tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear y el peor brote de COVID-19 en la región.
Raisi, clérigo ultraconservador de unos 60 años, era considerado el favorito para suceder al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Su muerte elimina al principal rival del hijo de Jamenei, Mojtaba, para ocupar el máximo puesto del país.
La lista de pasajeros del helicóptero incluía a Amirabdollahian, quien, junto a Raisi, supervisó el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Arabia Saudita. Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, informó que no hay evidencia de juego sucio en el accidente.
Nacido en Mashhad, uno de los lugares más sagrados del Islam chiíta, Raisi perdió a su padre a los cinco años y asistió a seminarios islámicos antes de convertirse en fiscal en Karaj. Casado con Jamileh Alamolhoda, hija de un clérigo ultraconservador, tuvo dos hijas. En 2017, perdió las elecciones presidenciales ante Hassan Rouhani, pero en 2021 logró la presidencia con una plataforma centrada en desarrollar vínculos con China y Rusia.
Durante su mandato, Irán enfrentó protestas generalizadas tras la muerte de una joven bajo custodia policial. Además, Raisi fortaleció lazos con China y respaldó a Rusia en la guerra de Ucrania. Su administración fue marcada por sanciones económicas y violaciones a los derechos humanos, incluyendo su presunta participación en la "comisión de la muerte" que ejecutó a miles de disidentes en los años 80.
La comunidad internacional observa atentamente las consecuencias de esta tragedia para el futuro de Irán y su política en la región.