Vecinos de templos e iglesias en la capital del estado presentan alrededor de 20 denuncias semanales por ruido excesivo, superando las quejas contra bares y restaurantes, que acumulan en promedio 15 por semana.
El personal del 911 también recibe llamadas solicitando intervención en estos casos, aunque las remiten al área correspondiente del ayuntamiento capitalino, donde inicialmente se invita a una mediación para resolver el conflicto. Según los reglamentos de la Dirección de Asuntos Religiosos de Othón P. Blanco, el ruido generado por los templos no debe rebasar los 60 decibeles.
Sin embargo, algunos casos como el del templo “Filadelfia”, ubicado en la calle Felipe Ángeles en la colonia Adolfo López Mateos, han reportado niveles de ruido que superan los 140 decibeles, similar al ruido constante de una moto deportiva. Elías Caamal Tun, un vecino afectado, comentó que se ha solicitado a los pastores del templo que regulen el sonido de sus cantos y música, ya que el volumen excesivo hace vibrar las paredes de los vecinos.
El domingo pasado, un intento de diálogo con el pastor sobre este tema resultó en una respuesta de un asistente, quien afirmó que "los vecinos no deben molestarse porque es un culto".
Las autoridades judiciales han dictaminado que, aunque las organizaciones religiosas tienen derecho a la libertad de culto, no pueden generar un ruido que exceda los parámetros normativos máximos, ya que esto impide el libre desenvolvimiento de la vida privada y constituye una injerencia arbitraria en la intimidad personal y familiar.
Vía SIPSE